Cuando estamos al final de una experiencia - un trabajo, una relación personal, mudarse de casa-, hemos de recordar que cada final es también un comienzo. Al decirle adiós a lo que ha sido también le damos la bienvenida a lo que será.
Tal vez nos veamos tentados a mirar hacia atrás, pero una vez que vemos el camino ante nosotros, encontramos que nuevas oportunidades nos aguardan. Estamos en el comienzo de una nueva faceta de la vida, una nueva manera de llevar a cabo nuestro propósito y de servir a Dios.
En verdad, no dejamos nada atrás, lo llevamos todo con nosotros. Al bendecir nuestro pasado, edificamos sobre lo aprendido y continuamos nuestro viaje de vida con gozo.
Tal vez nos veamos tentados a mirar hacia atrás, pero una vez que vemos el camino ante nosotros, encontramos que nuevas oportunidades nos aguardan. Estamos en el comienzo de una nueva faceta de la vida, una nueva manera de llevar a cabo nuestro propósito y de servir a Dios.
En verdad, no dejamos nada atrás, lo llevamos todo con nosotros. Al bendecir nuestro pasado, edificamos sobre lo aprendido y continuamos nuestro viaje de vida con gozo.
"Olvidando ciertamente lo que queda atrás, prosigo a la meta." (Filipenses 3:13-14)
"Al decirle adiós a lo que ha sido, también le damos la bienvenida a lo que será."
"Al decirle adiós a lo que ha sido, también le damos la bienvenida a lo que será."
Fuente: Unity
Comentarios
Publicar un comentario