A lo largo
de las últimas semanas y a partir de mensajes recibidos por medio de meditación
y canalización, he sido guiada por los ángeles de Dios para hablar sobre diversos temas relacionados con
la violencia que a todas luces prevalece impositivamente en el mundo entero, y diversas
formas de contrarrestarla.
El proyecto
de amor más grande de Dios es el ser humano, que precisamente fue hecho con
amor y para amar. Ahí se encierra el objetivo fundamental de nuestra existencia
terrenal, acumular acciones virtuosas a favor de un restablecimiento de la paz,
armonía y aceptación de cada ser humano.
Nuestro
reto es defender la vida, cuyo valor ha estado a la baja en un mundo que parece
ser dominado por la tan acertadamente llamada “cultura de la muerte”.
Recordemos que en el Plano Divino, la muerte es causada por el pecado y todo
pecado es una acción que va en contra de la misma naturaleza humana, que
altera, corrompe y, en muchas ocasiones, daña definitiva e irreversiblemente la
vida de la persona que lo ha cometido, afectando a los demás, pues casi siempre
provoca una reacción en cadena.
El llamado
del Cielo es urgente. Estando en el entendido de que pequeñas acciones pueden
causar grandes efectos, los ángeles de Dios nos llaman a establecer la paz
dentro de nosotros mismos y dentro de nuestros núcleos familiares. Dominar
nuestro carácter egoísta, controlar nuestras pasiones dañinas y evitar
cualquier tipo de violencia mental, verbal y física, es el comienzo de todo
ello.
Pedir a
Dios la fuerza para dominarse a uno mismo, no es una petición en vano. El
ejemplo que estamos dando en casa es el que se está revelando como una acción y
consecuencia activa en el mundo, siendo el resultado no agradable.
Desde el
inicio de los tiempos existen corrientes ideológicas que atacan las creencias
en un ser divino. Sepamos que eso a Dios no le afecta, no le duele. Lo que
duele es que el hombre que ataca, en su mayoría, no propone un plan de vida
armónico, sino que confunde a la multitud. Las religiones en sí, no son
culpables de las guerras en el mundo, el hombre, en cambio, sí es responsable
por ellas, por escudarse en un Ser Superior para emprender acciones del
maligno, pero eso es como tal, una acción del maligno a través del hombre,
quien ha sido seducido y poseído por esa sombra.
Amor, perdón,
tolerancia, comunicación, respeto por el prójimo y por la vida misma, son
acciones urgentes para restablecer la paz en el mundo. Hoy y cada día de
nuestras vidas, estamos invitados a hacerlo.
La paz esté
con nosotros. Así es y así será.
Amor, luz y
bendiciones.
No te
olvides de visitar mi web Quantum Holística.
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